Cómo tener conversaciones difíciles

En la newsletter de hoy resumo el libro “Difficult conversations: How to Discuss What Matters Most” (Conversaciones difíciles: Cómo discutir lo que más importa), de Douglas Stone, Bruce Patton, y Sheila Heen. Los autores enseñan en Harvard Law School y los aprendizajes del libro están basados en 15 años de análisis en el Harvard Negotiation Project, que aborda temas de negociación y resolución de conflictos.

Aprendizajes del libro

Las conversaciones difíciles suelen girar en torno a tres dimensiones clave:

  • 1. Lo que ha pasado - Percepción de la "verdad" y la culpa: Cada persona tiene su versión de los hechos, pero la situación suele ser más compleja de lo que parece. Nadie tiene la razón absoluta. Es crucial entender cómo cada uno percibe la situación.

  • 2. Las emociones - Sentimientos como dolor, enfado o vergüenza: Aunque intentemos ignorar las emociones y centrarnos en los hechos, estas siempre están presentes y tienen gran peso. Reconocerlas y gestionarlas de forma adecuada puede ser clave para resolver conflictos.

  • 3. La identidad - Autoestima y dudas sobre uno mismo: Las conversaciones difíciles pueden amenazar nuestra percepción de quiénes somos. Por ejemplo, pedir un aumento salarial puede ser complicado si pone en juego nuestra autoestima o percepción de merecimiento.

Cómo mejorar cada dimensión

  • Cómo abordar "lo que ha pasado"

    • Explora la historia del otro: Deja de discutir quién tiene razón. Adopta una actitud de curiosidad para entender la perspectiva del otro, sin desmerecer la tuya. Reconoce que ambos pueden tener puntos válidos basados en cómo interpretan el mundo.

    • No asumas malas intenciones: Evita suponer lo peor sobre el otro (que no le importas, que quiere controlarte, etc.). Las buenas intenciones no justifican todo, pero es importante distinguir entre intención e impacto. Pregunta directamente por las intenciones del otro y escucha sus sentimientos.

    • Deja de centrarte en la culpa: En vez de buscar culpables, reflexiona sobre cómo han contribuido ambas partes a la situación. Asume tu responsabilidad y comunícala claramente. Usa hechos objetivos para abordar las contribuciones del otro sin generar fricción.

  • Cómo gestionar las emociones

    • Reconoce y acepta tus sentimientos: Ignorar los sentimientos puede hacer que se manifiesten de forma negativa (sarcasmo, agresividad, etc.). Identifica tus emociones, incluso las más incómodas, y dales importancia. Expresa tus sentimientos de forma clara y controlada, evitando dramatismos. Si recibes emociones de otros, acéptalas y trata de comprenderlas antes de buscar soluciones.

  • Mejorar la conversación de la identidad:

    • Pregúntate lo que está en juego: todos tenemos numerosas identidades que se cruzan, pero las 3 más importantes (y que más influyen en nuestras conversaciones difíciles) son “¿me considero buena persona?”, “¿soy competente?” y “¿merezco amor?”. Valorar como una conversación está afectando a tu sentido de identidad en una de estas tres maneras es muy importante para entender nuestros sentimientos, sobre todo si solemos tener problemas con alguna parte concreta.

Otros aprendizajes

  • ¿Cuál es tu propósito?: la vida es corta, y hay que saber elegir las batallas. Eso incluye las conversaciones. Es importante saber que no podemos cambiar a los demás, pero podemos cambiarnos a nosotros, cómo nos tomamos el mundo que nos rodea, y “dejar ir” lo que ya no nos sirve.

  • Cómo empezar una conversación difícil: evita empezar directamente atacando la identidad del otro. Busca ser neutral, hablar de la diferencia entre las dos historias, sin juzgar. Después, invítalo a compartir su punto de vista y buscar una solución común.

  • Aprende a escuchar desde dentro: pasa la conversación realmente buscando entender el problema real, no esperando que el otro termine de hablar para dar tu punto de vista. Es la manera más efectiva de solucionar problemas porque la otra persona se calma y está más abierta si se siente entendida, y tú realmente puedes encontrar una solución que tiene sentido para ellos también.

  • Aprende a expresarte claramente: no presentes tus conclusiones como “La verdad”, si no como tu conclusión/opinión, explica de dónde viene, y no exageres! No uses “siempre” o “nunca”.

  • Toma el liderazgo para resolver el problema: siempre se puede replantear todo. Sigue insistiendo en replantear el problema, y al final la conversación acabará cogiendo un buen cauce (con la práctica). Por ejemplo:

    • Una sola verdad: dos historias diferentes

    • Acusaciones: diferencia entre las intenciones y el impacto

    • Quién tiene la culpa: hay contribución de ambos

    • Juicios de valor: expresar sentimientos

    • Lo que está mal contigo: lo que les hace sentir a ellos.

El libro está muy interesante y repleto de ejemplos del día a día. Creo que todos nos podríamos beneficiar de leerlo, y tenerlo a mano para preparar las conversaciones difíciles que nos surgen de vez en cuando en la vida (en el trabajo, en la familia, en el amor, con los vecinos…). Muy recomendable! Os dejo el link aquí.

Anterior
Anterior

Cómo preparar tu 2025 para empezarlo con buen pie

Siguiente
Siguiente

Cómo dominar el juego del dinero