27 aprendizajes de mi 27 cumpleaños
Hoy, 27 de Noviembre, es mi 27 cumpleaños. Como todos los años, he parado un poco para reflexionar y redactar 27 lecciones que he aprendido a lo largo de este año. Os las comparto aquí.
Escribe. Escribir me ha dado muchas cosas en la vida: esta newsletter, seguidores en redes sociales, reputación, una audiencia… y ahora mi proyecto favorito: mi libro. Puedes hacerlo en privado, por supuesto. Reflexionar sobre tu vida, sobre tu año, sobre tu semana o sobre tu día es increíblemente valioso para saber dónde y cómo estás, así como qué hacer a continuación.
Ten muy claro lo que quieres. Es difícil decidir qué queremos de la vida, de nuestro trabajo o de nuestra vida familiar, pero es esencial para que no pasen los años sin darte cuenta y sentir que has desperdiciado tu vida. Ten objetivos con intención clara de tu próximo año o década, y revísalos a menudo.
No tomes café en ayunas. Especialmente si eres mujer y quieres tener hijos. La cafeína con el estómago vacío eleva el azúcar en la sangre y estimula el cortisol, la hormona del estrés, y también afecta a tus otras hormonas.
Agradece a tus seres queridos. He vivido una experiencia muy bonita donde algunas personas de mi pareja, mi familia y mis amistades me han escrito una carta de cariño y agradecimiento. Ha sido uno de los mejores momentos de mi vida. Me parece una idea de regalo maravillosa para tu madre, tu mejor amigo o tu abuela. Siempre conservaré la carta de mis abuelos y padres, incluso cuando ya no estén.
Estira tus músculos: este año pasé por un dolor de cuello durante meses, fui a fisios, al médico… no se me pasó hasta que aprendí a estirar el cuello yo sola en casa. Me funciona especialmente bien tumbarme bocarriba en el suelo y girar la cabeza bien hacia los lados. Mano de santo. En momentos de tensión o estrés, funciona especialmente bien para no acumular tensión en el cuello que acabe haciéndote daño.
Haz una lista de cosas que quieres hacer (tipo bucket list) cada nueva estación del año, cada nuevo mes o cada nuevo año, y cúmplela. Está relacionado con ser intencional con tu tiempo. Nuestro tiempo en esta vida es muy limitado y debemos aprender a darle magia.
Haz algún deporte de equipo. Yo siempre he sido exclusivamente de gimnasio y yoga, que está genial, pero hasta que no he empezado a jugar al bádminton este año, no había notado cambios tan potentes en cuerpo y resistencia.
Aprovecha al máximo cada oportunidad. En cada cosa a la que te apuntes: reuniones del trabajo, proyectos, seminarios, clubs… céntrate en sacarle todo el partido posible. Habla con todo el mundo (incluido profesores o ponentes), pregunta cómo puedes trabajar allí, pide ideas a tu jefe sobre cómo mejorar… Soy creyente firme de que hacer esto es lo que me ha dado nuevos amigos, trabajos y éxitos. El que no pide, no recibe. ¿Estás aprovechando al máximo todo lo que haces?
¡Aprende a bailar! Saber bailar bien es muy bonito, atractivo y divertido. Me ha dado seguridad y me lo paso estupendamente las dos veces a la semana que voy a bailar sevillanas. También he recibido en este año clases de bachata y de rumba catalana. Es genial.
No dejes de informarte sobre temas financieros. Lee periódicos, suscríbete a newsletter especializadas, sigue a periodistas o influencers de ese mundo o compra libros del tema periódicamente. Saber usar el dinero de la mejor forma posible es una habilidad muy importante en este mundo, especialmente si eres joven. Entiende cómo funciona, cómo está el mercado y cómo aprovecharlo para tu beneficio.
Encuentra tu estación de colorimetría. La colorimetría divide a las personas en cuatro estaciones del año según su color de piel, pelo y ojos. Puedes encontrar la tuya fácilmente con haciendo una prueba en internet subiendo una foto. La teoría de esto es que te quedarán bien unos colores y te quedarán mal otros. Evitar comprar colores que te queden mal a cambio de preferir prendas en tus colores puede mejorar mucho cómo te sienta tu armario y lo bien que te ves tú.
No critiques a tu pareja. La crítica mutua es el asesino número uno de relaciones de hoy en día. Trata a tu pareja como a un adulto capaz, no le recuerdes lo que tiene que hacer (aunque lo haga con buena intención) ni le des consejos si no te ha pedido. Es muy poco atractivo y crea rechazo. Tu pareja es tu amante, que ha decidido compartir su vida contigo, pero es su propia persona.
Ten fuentes de ingresos secundarias a tu empleo. Puede ser un segundo empleo freelance, alquileres inmobiliarios, un libro o curso que hayas creado… las opciones son enormes, pero poca gente tiene esta seguridad. Si pierdes tu empleo, nunca te faltarán ingresos para cubrir los gastos de tu vida hasta que encuentres otro.
Reduce o elimina tu consumo de carne. En el libro “Spoon-Fed” de Tim Spector aprendí que la carne y el pescado que se venden en el supermercado están llenos de químicos. Por ello, es importante buscar carne y pescado de la más alta calidad, y consumirlos solo en ocasiones puntuales, del orden de una vez a la semana. También aprendí que la contribución más grande que podemos hacer para salvar el planeta como individuos es reducir nuestro consumo de carne, pescado y lácteos.
Decora bien tu espacio. Este año he aprendido a apreciar la decoración y lo que hace un mueble bien elegido, plantas, velas y arte. Ahora pienso muy bien cada electrodoméstico, mueble o decoración que entra en mi casa. Incluso algo práctico como una tostadora tiene que gustarme también en cuanto a diseño. Aumenta tu felicidad del día a día.
Hay gente que parece muy rica pero que, si tuviéramos acceso a sus cuentas bancarias, descubriríamos que todo lo que ganan al mes se gasta en cubrir deudas y en mantener su estatus. Viven al máximo nivel que les permite su salario, y en consecuencia no pueden ahorrar, y menos invertir. Es decir, no tienen la seguridad ni la libertad que esperaríamos de disfrutar de un ingreso elevado. Por otro lado, hay gente con un ingreso más modesto, que no tiene artículos de lujo ni ropa de marca, pero vive una vida cómoda. Por fuera parecerán menos ricos, pero un vistazo a sus cuentas nos enseñará que ahorran mensualmente una buena parte de su salario, tienen un colchón de ahorros para imprevistos y algunas inversiones recurrentes. No viven preocupados por sufrir un evento inesperado. Elige bien de qué tipo eres.
Asiste a cosas: este año me he apuntado a un club de cenas con emprendedores exitosos, he ido a un retiro de yoga sin conocer a la gente, he recibido una beca para un curso donde he conocido a compañeros y profesores… El beneficio de conocer a gente nueva es inimaginable. La persona que se sienta a tu lado en una charla puede ser tu futuro marido, tu futuro empleador, tu futuro amigo… Nunca dejes de esforzarte por conocer gente nueva.
Busca una filosofía de vida. Una filosofía de vida sirve para tener un marco de referencia al por qué estamos vivos, qué tenemos que hacer en esta vida, cuál es el sentido del universo… Vivir sin saber las respuestas a estas preguntas tan importantes puede ser desolador y hacerte sentir infeliz. La respuesta para ti puede estar en el cristianismo, el budismo, el estoicismo, el hedonismo, la ciencia… No importa tanto cuál sea, mientras que sientas que sabes qué has venido a hacer a esta tierra. Dedica un tiempo a leer libros, pensar, meditar… pero no dejes pasar los días en piloto automático. No hay nada más triste que sentir que has desperdiciado tu vida cuando llega el final.
Lee biografías. Este año me he hecho muy fan de las memorias y biografías de otras personas. Es como aprender de otras mil vidas sin tener que vivir tú esas situaciones. Por supuesto, la última que me he leído ha sido la de Matthew Perry, el querido y famosísimo actor del personaje de Chandler Bing en Friends, y un valiente luchador contra la adicción al alcohol y las drogas toda su vida. Es una historia muy impactante, sobre todo tras su reciente muerte a los 54 años, y que me ha dejado muy reflexiva (libro recomendado).
Si tu trabajo principal te lo permite, busca trabajos o proyectos secundarios. Llevo muchos años haciendo muchas cosas a la vez, y creo que a ello le debo buena parte de mi felicidad. Es difícil aprender a organizarte para no quemarte, y deben ser cosas que se compaginen bien y sin problema. Pero si lo consigues, siempre tendrás varias cosas que te llenan de propósito, conocerás a mucha gente, y tendrás varias fuentes de ingresos. Puede ser escribir algo, ser mentor o profesor de tu trabajo en tu tiempo libre, tener un negocio secundario, hacer voluntariado… sentir que aprovechas tu vida al máximo es maravilloso.
No hagas fuerza cuando te laves los dientes. Daña tus encías y te puede dar muchos problemas. En lugar de eso, haz círculos suavemente, con el cepillo un poco en ángulo.
Primero ahorra la cantidad que has decidido al mes, luego gasta el resto. La mayoría de la gente lo hace al revés. Si no te queda, no puedes gastar más, pero no te quites ahorros.
No actúes pensando en lo que pensarán los demás. Sigue tu instinto.
Debes ser irremplazable en tu trabajo, para tu jefe, para tu empresa. Variará muchísimo según el trabajo pero tienes que dar algo que los demás no tienen. No puede ser trabajar más duro o más horas, eso lo puede hacer cualquiera. Piensa en qué valor único puedes dar (siempre hay algo). El dinero viene de ahí.
Si asumimos que el objetivo de invertir es para alargar tu calidad de vida, inversiones que constantemente añaden estrés en largos periodos de tiempo no tienen sentido. El dinero es un medio de intercambio por cosas o experiencias que te hacen feliz. Si tus inversiones están generando el espectro opuesto de sentimientos, quizás sea hora de re-pensar. El dinero es un medio, no un objetivo.
Nunca sabes por lo que está pasando las otras personas. Sé amable, incluso si la otra no lo es. Si puedes sonreír, desear un buen día, preguntar qué tal, ayudar… No sabes la diferencia que haces en las vidas de los demás, pero quizás, en algún caso, sea mucha.
En resumen: valora a las personas, aprende a crear riqueza, cuídate mucho, y sobre todo encuentra quién eres y qué quieres hacer.