Cómo centrarnos en lo esencial de la vida
He estado leyendo un libro maravilloso llamado “Esencialismo: La búsqueda disciplinada del menos” de Greg McKeown, que trata desafiar el supuesto de “podemos tenerlo todo” y “tengo que hacerlo todo” y reemplazarlo por la búsqueda de “hacer lo correcto, de la manera correcta, en el momento correcto”.
El esencialismo consiste en distinguir deliberadamente lo vital de lo trivial, eliminando lo no esencial y luego eliminando cualquier obstáculo para que las cosas esenciales puedan ocurrir de manera fluida.
Aprendizajes principales
El esencialismo no se trata de cómo hacer más cosas; se trata de cómo hacer las cosas correctas. Tampoco significa hacer menos solo por hacer menos. Se trata de rechazar la idea de que podemos hacer todo, y lidiar con el sacrificio de lo que excluyamos, para al final hacer la inversión más sabia posible de tu tiempo y energía en las cosas que realmente te importan.
Si tú no priorizas los elementos de tu vida, alguien más lo hará por ti (tu jefe, amigo, pareja, madre…), y después de poco tiempo habremos perdido de vista las cosas que nos importan a nosotros. Debemos tomar el control de nuestras propias elecciones deliberadamente.
El esencialismo se condensa en tres fundamentos: “Elijo hacer esto”, “Solo unas pocas cosas realmente importan” y “Puedo hacer cualquier cosa, pero no todo”.
Pregúntate: “si pudiera hacer cualquier cosa en la vida, ¿qué haría?”. No siempre podemos elegir nuestras opciones, pero siempre podemos elegir entre ellas. La habilidad de elegir la tenemos siempre, pero nos olvidamos.
Algunas estrategias prácticas para ayudarte a centrarte en lo esencial son:
No estar disponible deliberadamente: ni en el trabajo fuera de hora, ni para el que te llama cuando te viene mal, ni para el viaje que no te cabe en el calendario a menos que aprietes todo. Necesitamos tiempo libre para aburrirse, pensar, jugar…
Jugar (entendiéndolo como hacer cosas solo por puro placer, sin ganar nada por ello) y dormir 8 horas es esencial para estar bien y ayudarnos a explorar lo importante.
Una regla para ayudarnos a elegir es: “si no es un clarísimo SÍ, entonces es un no”. Si te encuentras siempre diciendo que sí a muchos planes, oportunidades, trabajos… empieza a aplicar esta regla para liberarte tiempo y energía. No aceptes todo lo que sea aceptable, solo lo que sea genial.
Aprende a decir no. Muchas veces decimos que sí por compromiso, pero si pensáramos en todo lo que sacrificamos por ese sí, descubriríamos que no vale la pena. Además, normalmente las relaciones no se resienten por decir que no (incluso te respetan más por ello).
Ya conocemos el sesgo de coste hundido en economía: consiste en seguir haciendo un proyecto que no es rentable porque ya llevamos mucho dinero invertido dentro y no queremos dejar de hacerlo ahora. Este sesgo también nos pasa en nuestra vida personal: muchas veces nos quedamos haciendo un proyecto que no nos está resultando porque ya le hemos dedicado tiempo o dinero. Es mucho mejor cortar por lo sano y reducir las pérdidas. Pregúntate: “¿si no hubiera empezado aún, empezaría ahora este proyecto?” Si la respuesta es no, fuera.
Déjate siempre un margen en tu vida. En finanzas, deja dinero ahorrado por si pasa algún imprevisto. En el trabajo, di que vas a tardar más tiempo en hacer el proyecto de lo que crees que realmente tardarás. En la vida personal, sal 10 minutos antes de casa. El futuro es impredecible, no esperes siempre lo mejor, déjate margen para no tener estrés.
Ve avanzando poco a poco y celebrando los pequeños avances. Pregúntate: “¿Cuál es la menor cantidad de progreso que será útil y valioso para este objetivo?” Hazlo, y celébralo. Si eso lo haces todos los días, avanzarás siempre.
No hagas multitarea. Céntrate en una cosa hasta que la termines. Dividir tu foco no es productivo ni inteligente. Pregúntate qué es más importante ahora mismo y haz eso.
Está muy bien escrito y me ha parecido realmente inspirador. Si sufres de la presión de sentir que tienes que hacer de todo, es muy recomendable. Os dejo el link del libro aquí.