Cómo hacer amigos e influir sobre las personas
El archiconocido libro de "Cómo hacer amigos e influir sobre las personas" de Dale Carnegie está lleno de historias y ejemplos de cómo personas (algunas muy conocidas) han aplicado los principios del libro para conseguir grandes cosas. El objetivo no tiene nada que ver con la manipulación, si no sobre cómo crear relaciones profundas y significativas con la gente que, por supuesto, te abrirá puertas y mejorará tu reputación como efecto colateral. El autor hace un trabajo maravilloso de motivación por lo que os animo a leerlo vosotros mismos.
Puntos clave del libro
Desde que lo he leído estoy poniéndolo en práctica y ya estoy cosechando beneficios:
Pregúntale a tus amigos, familia y compañeros de trabajo cómo están (e interésate genuinamente por su vida y sus proyectos). Recuerda elogiar cuando consigan algo, felicitarlos en sus fechas importantes, darles algún pequeño detalle en ocasiones especiales. Sé amable con los desconocidos con los que interactúas día a día y preocúpate con una sonrisa por entender qué quieren tus compañeros de trabajo.
Todo esto te aportará aprecio de parte de los demás, sabiduría sobre ellos y muchas ventajas más, tanto a nivel personal como otras oportunidades.
“El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado” - William James
Estos son, para mí, los puntos claves del libro:
No criticar, condenar ni quejarte de otra persona: la gente no se suele criticar a sí mismo incluso cuando están equivocados, por lo que tú no deberías hacerlo tampoco. No sirve para nada, pone a la gente a la defensiva y hiere su ego, creando resentimiento. En lugar de censurar a la gente, trata de entenderla, tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Es más, el autor trata cómo es mejor hacer refuerzo positivo (elogiar cuando la persona hace algo bien) que negativo (criticar cuando hace mal). Si en algún momento tienes que criticar, recuerda comenzar antes con un elogio (¡siempre sincero!).
Si quieres gustarle a la gente, interésate genuinamente por ellos. La manera más fácil de hacer amigos es interesándote por los demás (en vez de, como hacemos, intentar que ellos nos encuentren interesantes a nosotros). Saluda con alegría y entusiasmo, incluido por teléfono. Haz cosas por los demás, dedícales tu tiempo. Intenta aprender cosas de los demás preguntándoles. Roosevelt, presidente de los EE. UU., iba siempre a casa de la gente habiendo estudiado la noche anterior un tema que sabía que le interesaba a su anfitrión. Él sabía que el secreto al corazón de los demás es hablar de lo que ellos más valoran.
Sé un buen oyente y anima a los demás a hablar de sí mismos. Es divertido, pero, cuanto más dejes a la otra persona hablar, más te recordarán como un gran conversador. Da tu atención al 100%.
“El individuo que no se interesa por sus semejantes es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás, de esos individuos surgen todos los fracasos humanos” - Alfred Adler
Haz que los demás te digan que sí: empieza las discusiones enfatizando en lo que ambos estáis de acuerdo. Al final, los dos tenéis el mismo objetivo. El método de Sócrates es ir preguntando cosas para las que el oyente vaya diciendo "sí" (por ejemplo, "los dos queremos esto, ¿no?", "el objetivo de esta reunión es este, ¿verdad?") al menos dos veces de manera que al final diga que sí a todo. Una vez que alguien dice que no, su ego le obliga a quedarse en el "no" y es difícil salir de ahí.
Haz preguntas y sugerencias en vez de dar órdenes. "¿Estás seguro de que esto va a funcionar?". Promueve la creatividad y el pensamiento crítico. Una orden puede crear resentimiento.
Se cazan más moscas con miel que con vinagre.
Respeta las opiniones de los demás, no les digas que están equivocados. Hiere su ego y quieren luchar contra ti. Sé sutil si crees que alguien está equivocado, di: "A ver, puede que me equivoque y, si es así, me gustaría corregirlo. Vamos a mirar los hechos más de cerca." Nadie va a discutir contigo ni objetar a esa frase y, además, la gente se abrirá más y copiará la estrategia. Diplomacia y táctica.
Cuando te equivoques, admite tu error antes de que alguien te lo diga. De esa manera, no estás a la defensiva y normalmente resuelve el problema.
Para pedir un favor o convencer a los demás de algo, háblales de cómo les beneficia a ellos. Es decir, no justifiques con cómo te beneficia a ti cierta acción, sino con qué se llevarían ellos al hacerla (siendo honesto siempre).
Os dejo el link del libro aquí.