Belén Fortes

View Original

Cómo vencer a la procrastinación

Qué mejor manera de comenzar septiembre hablando de la vuelta al trabajo, a la productividad y a los objetivos. Para ello, os resumo los aprendizajes más importantes del libro “Solving the Procrastination Puzzle: A Concise Guide to Strategies for Change” (Resolviendo el rompecabezas de la procrastinación: una guía concisa de estrategias para el cambio) del profesor Tim Pychyl, un profesor de psicología de la Universidad de Carleton que ha estado investigando y escribiendo sobre la procrastinación desde 1995 con una audiencia mundial.

Aprendizajes principales

  • ¿Qué es procrastinar? Cuando procrastinamos, retrasamos voluntariamente una acción prevista a pesar de saber que este retraso puede perjudicarnos en términos del desempeño de la tarea o incluso en cómo nos sentimos acerca de la tarea o de nosotros mismos. No todos los retrasos son malos, algunos son necesarios e incluso buenos. El problema es cuando lo hacemos de manera continua y termina afectando a todos los ámbitos de nuestra vida, no solo el trabajo, sino también nuestras relaciones, nuestra salud…

  • La gente que procrastina tiene peor salud. Para empezar, causa estrés dejar las cosas para última hora, te sientes mal por no estar haciendo lo que deberías… y además también tiende a procrastina en hacer ejercicio, comer sano o ir al médico.

  • La procrastinación sabotea nuestra felicidad. La felicidad y el sentimiento de realización muchas veces viene de perseguir objetivos personales y estar orgullosos de nosotros. Por tanto, la procrastinación tiene un efecto más negativo de lo que creemos.

  • Para comprender el enigma de la procrastinación, ese retraso voluntario pero innecesario en nuestras vidas que socava nuestra búsqueda de objetivos, debemos comprender nuestra renuencia a actuar cuando lo mejor para nosotros es actuar, que suele ser una cuestión emocional.

  • La estrategia inicial del autor es comenzar a categorizar qué retrasos en tu vida son procrastinación. Escribe las tareas, proyectos o actividades en tu vida que tiendes a postergar. Al lado de cada uno, anota qué emociones y pensamientos te vienen a la mente cuando piensas en cada uno de estos momentos de procrastinación. Cuando hayas terminado tu lista, busca patrones en las emociones o pensamientos involucrados.

“La procrastinación es no continuar con la vida misma”.

  • Al lado de cada una de las tareas u objetivos que anotó anteriormente, observa cómo tu procrastinación te ha afectado en términos de felicidad, estrés, salud, finanzas, relaciones, etc. Además, agrega notas sobre por qué es importante lograr este objetivo o tarea, así como los beneficios de actuar ahora en lugar de hacerlo más adelante.

  • Cuando nos enfrentamos a una tarea en la que nuestra inclinación natural es decir "haré esto más tarde", debemos detenernos y reconocer que estamos diciendo esto para escapar de las emociones negativas que nos provoca. La inteligencia emocional es la capacidad de identificar y utilizar eficazmente las emociones para guiar el comportamiento.

  • La motivación NO es un prerequisito para completar tu tarea. Esto es muy importante y se aplica a todos los ámbitos de la vida. Que no te apetezca hacer ejercicio no significa que no hagas ejercicio. La motivación no hace falta, para eso está la disciplina. Si esperamos a la motivación, vamos dejando de hacer las cosas que nos llevarían a la vida de nuestros sueños.

  • No te digas a ti mismo ni a los demás que eres un “vago”, un “procrastinador” o que te gusta dejar las cosas para el último momento. La identidad que adoptas es esencial. Sé un profesional, una persona sana, una buena pareja o lo que quieras conseguir, y actúa como tal.

  • Otra estrategia es darle importancia a los beneficios de la tarea, sobretodo si es un objetivo personal, es decir, que haces por ti y porque quieres (más que por obligación). ¿Por qué quieres sacar buenas notas? Ponte una foto del trabajo de tus sueños de fondo de pantalla. “No disfruto de estudiar este examen de matemáticas ahora mismo, pero este es el objetivo que quiero para mí, y estoy viéndolo delante, por lo que voy a hacerlo.

  • Por último, un consejo que ya hemos visto en la newsletter, que es el de encadenar hábitos. Cada vez que pase X (algo que vayas a hacer seguro), tienes que hacer Y (el hábito que quieras añadir). “Cada vez que me levante de la mesa, lleno el vaso de agua.” “Mientras se hace el café por la mañana, hago unas flexiones en la pared.” “Cuando vea un capítulo de una serie, me como una fruta.

Os dejo el link del libro aquí. Es un libro muy cortito y accesible (100 páginas), que resume tres décadas de investigación. Si sufres de este problema, puede ser muy interesante para ti.