Belén Fortes

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3 lecciones de uno de los mejores libros que he leído en mi vida

En la newsletter de hoy reviso el libro “Hell yeah, or no” (Si no te entusiasma, no lo hagas) de Derek Sivers. Derek es uno de mis filósofos contemporáneos favoritos. Tiene varios libros, algunos de los cuales ya hemos revisado aquí. Es ex músico, programador, orador de TED y payaso de circo, vendió su primera empresa por 22 millones de dólares y donó todo el dinero a organizaciones benéficas. Como podéis imaginar, es muy interesante leer sus pensamientos. Aquí os comparto tres de mis preferidos.

Si no te sale decir “¡Diablos, sí!”, entonces di que no.

“La solución es decir menos que sí. Si lo que te sale cuando te llega alguna propuesta no es “¡Diablos, sí!”, entonces di que no. Di que no a casi todo. Esto libera tu tiempo y tu mente. Así, cuando algo que te excita llega a tu vida, tendrás tiempo y energía para disfrutarlo.

Es cierto que al inicio no es malo decir que sí a muchas cosas. Pruebas lo que te gusta, lo que no, ganas dinero, necesitas variedad… pero es malo decir que sí cuando estás abrumado, con demasiados compromisos, o necesitas centrarte.

Di que no a casi todo, pero las cosas que hagas, hazlas hasta el final.”

Busca cosas que te exciten 9/10 o 10/10. No 7/10. Me encanta esta filosofía y la he aplicado muchas veces para rechazar charlas, trabajos, planes o cosas que comprar. Os lo recomiendo mucho.

¿Qué harías si no quisieras ni más atención, ni más dinero?

La pregunta de qué hacer con nuestras vidas es un clásico que nos preguntamos todos. Nos lo preguntamos de adolescentes, cuando salimos de la universidad, a los 30, a los 40, y hasta a los 60.

Hay muchas cosas en nuestras vidas que hacemos por sentirnos importantes o relevantes, y muchas que hacemos por dinero. Imagina que tuvieras tanto de todo que no quisieras más, como cuando has comido mucho y no puedes imaginarte comer nunca más. Si quitaras todas las cosas en tu vida que haces por atención o por dinero, ¿qué te quedaría? Una vez que pasaras el periodo de descansar y te sintieras listo para sentirte útil de nuevo, ¿qué harías?

Escribir sobre esto en un cuaderno puede ser muy beneficioso para conocerte mejor, encontrar aspiraciones nuevas, y redefinir tus objetivos.

Relájate para los mismos resultados

“Hace unos años vivía en Santa Mónica, donde hay un carril bici que bordea toda la playa. Por la tarde, está vacío, así que es perfecto para coger la bici e ir a toda velocidad. Eso hacía: cogía la bici, hacía sprint todo lo que podía, con la cara roja, hasta el final. Miraba el reloj: 43 minutos. Lo repetí durante meses, hasta que me di cuenta que ya no me hacía ilusión (probablemente porque lo relacionaba con estrés y agotamiento). Así que decidí empezar a hacerlo tranquilamente. Vi delfines, pájaros, observé a la gente… sentí que podría hacer esto durante horas sin cansarme. Cuando llegué al final, miré el reloj: 45 minutos. ‘¡¿Espera, qué?!’ Lo comprobé de nuevo. Efectivamente, todo mi esfuerzo solo me daba un empujón del 4%. Eso significaba que podía relajarme y disfrutarlo y obtener el 96% de los resultados.

Ahora, cuando noto que estoy estresado con algo, recuerdo la experiencia y bajo el nivel de mi esfuerzo al 50%. Y es increíble la cantidad de veces que se hace igual de bien e igual de rápido. Lo que me hace darme cuenta de que la mitad de mi esfuerzo no era esfuerzo, para nada, simplemente estrés innecesario que me hacía sentir que estaba dándolo todo.”

Guau, ¿no? Qué bueno. Me encanta esta idea. Una gran parte del estrés y del agotamiento que sufrimos en el día a día viene de nuestro interior, de pensar demasiado en las consecuencias. Cuando probamos, podemos darnos cuenta de que bajando el nivel de esfuerzo podemos conseguir los mismos resultados, disfrutando la vida mucho más por el camino.

Os recomiendo mucho leer a Derek Sivers. Estas pequeñas ideas son solo una parte de lo que comparte, y sus libros son cortitos y motivadores. Os dejo el link aquí.