Belén Fortes

View Original

¿Deberíamos morir con 0 euros en el banco?

En el post de hoy resumo el libro "Die with Zero" de Bill Perkins, en el que se nos anima a que, cuando muramos, hayamos aprovechado todo el dinero que hemos ganado. Bill es un hombre de negocios americano y millonario que ha ganado su dinero invirtiendo en energía.

"Si tienes algo de dinero en el banco en el momento de morir, algo has hecho mal." - Bill Perkins

Este punto de vista crea bastante controversia, pero genuinamente me ha aportado un punto de vista distinto a mi relación con el dinero. Por supuesto, hay que tomárselo con cautela y no literalmente.

El argumento principal del libro es que todos necesitamos ganar dinero para sobrevivir (comprar comida, tener una casa, ropa, etc.), y lo que nos sobra de los gastos necesarios, lo gastamos en experiencias que nos llenan, como pueden ser viajar, salir, comer fuera, etc. Entonces, si asumimos que la vida trata de tener esas experiencias enriquecedoras, significa que cambiamos nuestra energía vital para conseguir dinero para, finalmente, cambiarlo por experiencias. Es decir, el dinero es un medio de cambio por experiencias significativas.

Esto significa que, si mueres a los 85 años con 10.000 € en el banco, este dinero representa dos cosas: o meses extra que has trabajado en tu vida que sobraban, o experiencias que no has aprovechado. Por tanto, el autor dice que es dinero inútil, que está cogiendo polvo y que no nos sirve de nada una vez muertos.

Este libro, como indica cuidadosamente el autor, no sirve para nada para personas que ganan justo lo que gastan en supervivencia (en ese caso, ya estás usando tu dinero lo más eficientemente posible), sino para gente que gana bastante más de lo que necesita para cubrir lo básico.

Lo que quiere decir el autor es que, especialmente si estás en tus 20 o tus 30, quizás debas ahorrar menos y gastar más en experiencias interesantes, aventuras, cosas guays con tus amigos... Hay 3 justificaciones para esto:

  • Cuanto más mayor nos hacemos, más dinero ganamos. Es normal que en tu veintena te sobre poco dinero después de gastos, porque es cuando menos ganamos en nuestra vida. Sin embargo, cuando tienes 50, ganas mucho más dinero (por los años de experiencia). Esto significa que puede parecerte imposible ahorrar más de 200 € al mes cuando tienes 25 y, sin embargo, cuando tienes 50 puedes ahorrar fácilmente 1000 € (por ejemplo). Por lo tanto, no sirve para tanto morirte este mes por ahorrar 100 € más, ya que en el futuro te será mucho más fácil ahorrar lo mismo.

  • Los buenos recuerdos que crees ahora los vas a disfrutar muchos más años que los que crees dentro de 30. Es decir, tiene mucho más sentido hacer ahora el gran viaje por Tailandia, porque vas a tener 50 años para recordarlo, disfrutarlo, acordarte de los aprendizajes, etc.

  • Simplemente, cuando somos ancianos, no podemos hacer todas las cosas que queremos hacer ahora. Incluso si podemos permitírnoslo, tenemos más dolores, más dificultad para movernos, etc.

El autor repite muchas veces que no nos está diciendo literalmente que gastemos todo nuestro dinero, obviamente. Pero sí que tengamos en mente ese objetivo de intentar maximizar la felicidad que nos da nuestro dinero. Por supuesto, este argumento levanta una serie de preguntas:

  • ¿Y si me quedo sin dinero?: el autor comparte estadísticas y números donde muestra cómo normalmente ahorramos muchísimo más de lo que necesitamos en nuestra jubilación, y que en realidad después no ganamos tanto. Por lo tanto, teóricamente se podría controlar con cálculos.

  • ¿Y la herencia para mis hijos?: el autor argumenta, sabiamente, que en vez de dejarles a tus hijos el dinero cuando mueras, que normalmente ellos tendrán más de 60 años y, en consecuencia, ya tienen su propio dinero ahorrado, tus hijos lo disfrutarán infinitamente más si se lo vas dando cuando son jóvenes. Es decir, los gastos principales de la vida pueden ser ir a una buena universidad, una boda, comprarse una casa o tener un hijo, y todos esos gastos se suelen tener en la juventud, que es precisamente cuando a tus hijos les va a costar mucho más tener ese dinero por sí solos y cuanto más les va a ayudar que tú les aportes ayuda financiera. El mismo argumento para donar a la caridad: cuanto más puedes ayudar a la gente sufriendo o al medioambiente, es ahora. Dar X dinero para salvar la tierra va a tener mucho más efecto ahora que en 50 años, cuando va a estar más dañada y va a costar mucho más mejorar la misma cantidad.

Lo que el autor sugiere también es pensar hoy mismo qué experiencias quieres tener en tu vida y pensar en qué edad es más apropiada hacer cada una. Por ejemplo, si uno de tus sueños es cruzar Noruega en bicicleta y otro es hacer un crucero por el mediterráneo, puedes priorizar lo que te vaya a costar más cuando seas anciano (cosas más exigentes físicamente, en este caso, la bicicleta) y gastarte el dinero ya, para no quedarte sin hacerlo.

De la misma manera, tenemos que tomar los riesgos más grandes cuanto más jóvenes seamos. Por ejemplo, montar una empresa es mucho mejor hacerlo con 25 que con 50, porque si fracasa con 25 tenemos muchos años por delante para hacer otra cosa y recuperar el dinero, y si funciona con 25 tenemos muchos años por delante para disfrutar de sus beneficios.

Por supuesto, este argumento tiene muchas debilidades: no sirve para todo el mundo. Pero sí que me parece algo para reflexionar y escuchar una perspectiva diferente, y por ello precisamente enriquecedora. Os dejo el link del libro aquí.